DESARROLLEMOS LA EMPATÍA
Si todos comprendiéramos que cada
persona somos un mundo diferente y traemos en el interior el arrastre de
historias distintas, entre ellas lo más probable en muchas personas el desamor, el abandono, la enfermedad, la soledad, la injusticia, la
violencia intrafamiliar, problemas financieros y familiares, lutos, tristeza,
depresión… entonces seríamos capaces de ser tolerantes ante los actos de los
demás, por ejemplo: típico la señora o
señor que te conoce y que algunas veces te saluda pero otras te voltea la cara
con gesto adusto; quizá le falta amor. La señora que sin fijarse te da un
codazo al pasar al ascensor en una plaza comercial y uno se enoja y arremete
contra ella. El señor que de repente
desesperado y majadero descarga con furia el claxon de su auto contra el tuyo
para que le apures y te muevas como su antojo lo dicta; ignoramos su problema y
lo juzgamos como un loco desesperado sin saber que su deseo era llegar rápido
al hospital. Un caso verídico que hago
público , siendo yo la protagonista: cuando hace dos años y medio tuve un
accidente y después de estar meses en silla de ruedas y pasar por terapias
duras y dolorosas, cuando por fin comienzo a caminar fui al cine con mi
familia, claro con mi pie aún no aliviado al 100%, con un poco de discapacidad
en él, al terminar la película caminando lento y descendiendo por los 1000 escalones, una señora y su
esposo comienzan a presionarme para que baje rápido, casi aventándome, y yo con
el dolor que me causaba al pisar apurándome pues leía la mente de los dos que
me decían¡ pues que trae está señora con sus pachorras!, así que me detuve, los
miré y les dije que esperaran, que tenía un pie malo, que tuvieran un poco de
humanidad, entonces se apenaron tanto que me pidieron disculpas y el señor me
dio su mano para apoyarme y la esposa al final abrió la puerta para que pasará.
Cuando tengamos conciencia de que
los hechos de los demás, esos que nos parecen malos y que además no nos atañen
directamente, son el resultado de sentimientos y vivencias ajenas y muy propias de ellos, es cuando
vamos a prender a entender, a ponernos en su lugar, aunque no se justifiquen
muchos de esos actos, debemos saber que
ellos sufren, entonces es cuando nos toca actuar y si nos permiten podemos
ayudarles con actos de amor y servicio, es aquí cuando entra la empatía que es
la capacidad de entender y reconocer los sentimientos y emociones ajenas, esto
dará pie a sensibilizarnos, a comprometernos a compartir un poco de lo nuestro,
a regalar afecto y comprensión.
"La gente que poblamos el mundo
seremos cada día mejores seres humanos si ponemos en práctica el valor de la
empatía"
Betty Calderón