jueves, 6 de febrero de 2014

DESARROLLEMOS LA EMPATÍA

                                                     DESARROLLEMOS LA EMPATÍA

Si todos comprendiéramos que cada persona somos un mundo diferente y traemos en el interior el arrastre de historias distintas, entre ellas lo más probable en muchas personas el desamor, el abandono, la enfermedad, la soledad, la injusticia, la violencia intrafamiliar, problemas financieros y familiares, lutos, tristeza, depresión… entonces seríamos capaces de ser tolerantes ante los actos de los demás, por ejemplo: típico la señora  o señor que te conoce y que algunas veces te saluda pero otras te voltea la cara con gesto adusto; quizá le falta amor. La señora que sin fijarse te da un codazo al pasar al ascensor en una plaza comercial y uno se enoja y arremete contra ella.  El señor que de repente desesperado y majadero descarga con furia el claxon de su auto contra el tuyo para que le apures y te muevas como su antojo lo dicta; ignoramos su problema y lo juzgamos como un loco desesperado sin saber que su deseo era llegar rápido al hospital. Un caso verídico  que hago público , siendo yo la protagonista: cuando hace dos años y medio tuve un accidente y después de estar meses en silla de ruedas y pasar por terapias duras y dolorosas, cuando por fin comienzo a caminar fui al cine con mi familia, claro con mi pie aún no aliviado al 100%, con un poco de discapacidad en él, al terminar la película caminando lento y descendiendo  por los 1000 escalones, una señora y su esposo comienzan a presionarme para que baje rápido, casi aventándome, y yo con el dolor que me causaba al pisar apurándome pues leía la mente de los dos que me decían¡ pues que trae está señora con sus pachorras!, así que me detuve, los miré y les dije que esperaran, que tenía un pie malo, que tuvieran un poco de humanidad, entonces se apenaron tanto que me pidieron disculpas y el señor me dio su mano para apoyarme y la esposa al final abrió la puerta para que pasará.
Cuando tengamos conciencia de que los hechos de los demás, esos que nos parecen malos y que además no nos atañen directamente, son el resultado de sentimientos y vivencias  ajenas y muy propias de ellos, es cuando vamos a prender a entender, a ponernos en su lugar, aunque no se justifiquen muchos de  esos actos, debemos saber que ellos sufren, entonces es cuando nos toca actuar y si nos permiten podemos ayudarles con actos de amor y servicio, es aquí cuando entra la empatía que es la capacidad de entender y reconocer los sentimientos y emociones ajenas, esto dará pie a sensibilizarnos, a comprometernos a compartir un poco de lo nuestro, a regalar afecto y comprensión.
"La gente que poblamos el mundo seremos cada día mejores seres humanos si ponemos en práctica el valor de la empatía"
Betty Calderón