Levantar el vuelo en la tierra
hacia lo verdaderamente importante con ayuda del gran corazón de los padres.
Muchas veces algunos padres
queriendo o inconscientemente lanzan a
sus hijos directo a la muerte, en su loco afán de que cumplan con el sueño propio
y sin pensar que las consecuencias serán fatales. Debemos impulsar a nuestros
hijos a crecer en amor, a que aprendan a volar pero aquí en la tierra no sobre
las nubes, a ser independientes, respetuosos, amables, educados, generosos,
responsables, virtuosos… y todo ello sin exagerar, exigiéndoles metas a llegar
de acuerdo a su edad con motivación amorosamente sin obligarlos. Nosotros bien
sabemos cuando nuestras exigencias rebasan límites y estos terminan con los
sueños y la alegría de los chicos. Debemos guiarlos, y dejarlos en libertad para
cumplir sus propios sueños, claro sueños que sean obvios de poderse realizar,
si tu hijo tiene el sueño de algún día
escalar una montaña, comenzar por preparaciones de acuerdo a su edad, cuando
sea adulto con la atención que se le brindó quizá escale el Everest bajo su
propia responsabilidad. Hablando de sueños los de mis hijas es ser y hacer mil cosas
entre ellas las enumero conjuntas pero
cada una de ellas tiene su propio sueño:, bailarina profesional, tener su
propia academia, diseñadora de modas, tener una enorme biblioteca, abrir una
casa hogar donde darían todo su amor a niños necesitados, ir por las calles y
ayudar a gente indigente, ser cantante de canciones con mensajes positivos,
casarse, tener hijos y ser las personas valiosas que se han ido construyendo
gracias primero a Dios por la vida otorgada, gracias a sus padres por el apoyo
amoroso e incondicional, gracias a los abuelos, parientes, gente que las han
rodeado, gracias a las experiencias vividas en donde algunas veces reina el
dolor y la derrota y en otras ocasiones triunfa el despertar y el triunfo… y es
larga la lista, lo más importante es
enseñarles a los chicos a valorar la vida, a disfrutarla con alegrías y
altibajos a que sepan que rico no es aquel que tiene mucho sino el que da sin escatimar;
también debemos ser pacientes y no exigirles nada que no sea acorde a su edad,
dejarles que comiencen a soñar con su propio sueño desde pequeños, a empujarlos
a vivir con alegría y entusiasmo a no obligarlos a hacer cosas locas y sin
fundamento. Lo más importante es darles las herramientas necesarias para que
valoren la vida y vivirla con amor, debemos aprovecharlos y vivir con ellos
cada instante como si mañana ya se fueran hacia su mundo de adultos a realizar
su propia vida. Tan corta es la vida, tan pequeño el momento de respirarla para
desaprovecharla con cosas vanas. Amémoslos fuertemente, besémoslos con el
corazón, acompañémoslos en su desánimo y levantémoslos en sus caídas;
abrasémoslos a diario sin dejar de acrecentar su autoestima minuto tras minuto.
Sabrán que con esto serán seres extraordinariamente felices y no necesitaran
manejar un avión para levantar su vuelo a la felicidad eterna.
Betty Calderón