Todo depende de la mirada que tengamos con respecto a las cosas, la vida, las personas; todo depende de cómo lo queramos vivir y del enfoque que le demos. Recuerdo que en el colegio me enseñaron una canción y que yo la solía cantar mucho por aquel tiempo. Se llamaba así: “De colores”, y la letra decía que la vida está llena de colores y que así hemos de mirarla, que hay momentos en los que algunos de estos colores desaparecen pero… éstos, están ahí.
Veo un campo, un paisaje, el mar, miro hacia el cielo o hacia el horizonte y allí encuentro un aire diferente, un color distinto, una oportunidad de cambiar la oscuro en claridad. También se puede ver el color en una sonrisa, por ligera o “tenue” que sea, ya que ello, te habla, acompaña y te muestra confianza.
Nuestra mirada es importante para poder mirar de una u otra forma, no basta con pensar que las cosas nos las encontraremos… sino que hemos de luchar por ellas, no dejarnos abatir por nada y no permitir que nos quiten la verdadera alegría, que no exista nube con rayos sin el fuerte sol de primavera, que no haya tormenta que no sea vencida por el paso de nuestra serenidad.
De colores… deja que ese color entre en ti, que cambie la tristeza en alegría, la preocupación en confianza serena. El color permanece siempre, porque no puede borrarse lo que ya es y existe, por ello, busquemos lo que somos y dejémonos guiar por el color de una sonrisa.