EL VALOR DE LA GRATITUD
“La gratitud es un valor propio de almas grandes. Agradecer significa encontrar un motivo para dar gracias. Y encontrarlo es posible si tenemos los ojos bien abiertos y el corazón despierto para descubrir los miles de gestos que nos brindan los demás a todas horas”
Dicen que de todos los sentimientos humaos la gratitud es el mas efímero de todos. Y no deja de haber algo de cierto en ello. El saber agradecer es un valor en el que pocas veces se piensa. Para algunos es muy fácil dar las “gracias” por los pequeños servicios cotidianos que recibimos, el desayuno, la clase preparada, ropa limpia, la oficina aseada… Pero no siempre es asi.
Ser agradecido es más que saber pronunciar unas palabras de forma mecánica, la gratitud es aquella actitud que nace del corazón en aprecio a lo que alguien más ha hecho por nosotros. La gratitud no significa “devolver el favor” y quedar iguales, el agradecimiento no es pagar una deuda, es reconocer la generosidad ajena.
La persona agradecida busca tener otras atenciones con las personas, no pensando en “pagar” por el beneficio recibido, sino en devolver la muestra de afecto o cuidado que tuvo. Las muestras de afecto son una forma visible de agradecimiento; la gratitud nace por la actitud que tuvo la persona, más que por el bien recibido.
Conocemos personas a quienes tenemos especial estima, preferencia o cariño por “todo” lo que nos han dado: padres, maestros, cónyuge, amigos, jefes… El motivo de nuestro agradecimiento se debe al “desinterés” que tuvieron a pesar del cansancio y la rutina. Nos dieron su tiempo, o su cuidado.
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